No equidad de género, simplemente equidad

Escrito por: Manuel Benito Perales

Si repentinamente escuchamos la palabra "género", estamos acostumbrados a suponer que la otra palabra era (o será) equidad o igualdad, y muy probablemente la palabra que se use sea de poca importancia para la mayoría de la gente, la cual asume que ambas son o llevan a lo mismo y que importa poco o nada el rumbo que tome lo que se vaya a decir, después de todo, esto no es algo nuevo.
El problema es... el problema es que se suele confundir a la equidad con la igualdad.
Prácticamente todos tenemos aquella idea en nuestra mente, ¿no es así? "Hombres y mujeres son iguales", o algo similar, es decir, ¿cuántas veces hemos oído frases como esta, ya sea teniendo cuatro o quince años de edad? Muchas, en serio, muchas, y tal vez demasiadas.
El decir que tanto el hombre como la mujer son iguales no está muy alejado a decir que todos los hombres son iguales entre sí y que todas las mujeres lo sean también, cuando sabemos que esto no es así; imaginemos por un momento que el ser humano tiene un solo sexo, y que absolutamente todos sean biológica y emocionalmente "iguales" (con prácticamente las mismas capacidades físicas, cognitivas, y emocionales), ¿dirías tú que una persona inválida y una sana son estrictamente iguales? Creo que no, pero no un estoy usando un "no" absoluto: Aunque es evidente que estas dos personas ya no tienen y tal vez nunca vuelvan a tener las mismas capacidades físicas, es casi seguro que ambas siguen siendo capaces de aprender algo nuevo, de reflexionar con un libro, de reconocer una canción que no han escuchado en mucho tiempo, y de disfrutar de una noche de invierno en casa. Dejando de lado lo físico, siguen siendo "iguales".
Pero todo eso es demasiado optimista; no todos tenemos las mismas capacidades físicas, cognitivas y emocionales, por mucho que quieran hacérnoslo creer: Una persona que nace en desventaja con respecto a otra se verá usualmente en dificultad de alcanzar una meta con la misma facilidad de la que goza la otra, le será difícil, se verá angustiado al observar como el otro progresa fácilmente mientras él sigue intentando e intentando sin parar.
Pero ambos necesitan de un trato especial, de un trato equitativo.
Así como la primera persona tiene dificultades en cuanto a lo físico, es muy probable que la segunda tenga dificultades en cuanto a otra cosa, la cual solo hace falta identificar, después de todo, estamos más acostumbrados a ver las ventajas de otros, que a ver las nuestras.
Un trato "equitativo" consiste en brindarles a todas las personas los medios para alcanzar las mismas metas; darle lo que necesita tanto al que siente que no puede como al que sí. Eso es la equidad.


¿Por qué, entonces, está tan empeñada la sociedad en hablar de la equidad de género?
Simple, porque se acostumbra a tomar a las tanto a hombres como a mujeres como inferiores o incapaces en uno o varios campos, sea esto verdad o no.
¿Que un hombre no puede criar a un hijo con la misma calidad de trato con la que lo haría una mujer?
Ridículo.
¿Que una mujer no puede dirigir a la familia o que no puede imponer su autoridad con la misma eficiencia con la que lo haría un hombre?
Más ridículo aún.
Que los hombres no lloran, que las mujeres no entienden de las discusiones que empiezan los hombres, que un niño no puede jugar con niñas o que una mujer no es capaz de defenderse o intentará hacerse siempre la víctima... todas esas son ridiculeces.
Todas y cada una de estas cosas dependen de las personas para ser ciertas o no, y no se extienden solo a hombre y a mujer, sino que lo hacen a todas las personas, independientemente de su sexo, edad, condición e ideales.
No somos iguales y tal vez nunca lo seamos, pero merecemos que nos ayuden a creer que lo somos.


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"There are three sides to every story: your side, my side, and the truth. And no one is lying".
Robert Evans (2002)